En esta ocasión les comparto mi estrategia, relato en primera persona , de una docente en pandemia. Esta estrategia la utilice para contarles a mis estudiantes lo importante que es su educación y como me sentía en mi rol como maestra.
En época de pandemia, muchos de los docentes hemos realizado miles de cosas para lograr llevar adelante la educación de nuestros estudiantes. En el camino fueron sucediendo una serie de hechos desafortunados que nos hizo y hace actualmente pensar y repensar no solo la modalidad de trabajo, sino también nuestro rol como educadores.
Somos consientes de que cada hogar tiene una realidad completamente diferente. Y frente a ello nosotros debemos adaptar nuestras clases y prácticas apostando todo, con nuestros aciertos y errores, fortalezas y debilidades. Porque aunque suene raro, nuestro sistema no estaba preparado para una educación a distancia y mucho menos nosotros…..
Pese a ello, noté que muchos colegas salieron de su zona de confort para hacer frente a la situación: momentos de gran frustración, por no entender como usar las nuevas tecnologías, frustración por no poder estar en el aula, impotencia por saber que no todos tienen la posibilidad de acceder a un teléfono móvil o conexión a internet, entre miles de cosas más.
Sabemos también que no hay nada mas hermoso y valioso que pasar el tiempo en el aula. Ese lugar protagónico de miles de historias, momentos en los cuales uno como docente sabe aprovechar al máximo cada minuto, para que ellos, nuestros estudiantes, se apropien no solo los contenidos preestablecidos por un curriculum, sino de gestos, hechos, y valores que solo se aprenden junto a los otros con el incondicional cariño de su maestro/a.
El esfuerzo y dedicación por nuestra parte lo vi durante todo éste tiempo , lo dimos todo y continuamos redoblando esas acciones….pero esas grandes acciones por momento parece no ser suficiente para poder concretar nuestras propias expectativas con el grupo.
Pero claro esta, esta pandemia nos arrebato todos esos hermoso momentos, dependiendo de un dispositivo móvil para poder vincularnos con ellos/as.
¿Cuál fue el motivo de ésta carta para mis estudiantes?
En esta época, pero del año 2020 les escribí una carta para mis estudiantes de sexto de primaria. Contándoles mediante un relato en primera persona, como me sentía, cuáles eran mis miedos y sobre todo que tomarán conciencia que esto nos afectaba a todos por igual, sin importar el rol. Somos seres humanos y la pandemia nos atravesó y continua atravesándonos a todos de igual manera.
¿Y saben qué pasó?
Luego de esa carta, logre darle una vuelta de página y comenzar a vincularme con el grupo de otro modo. Comenzaron a participar mucho más en los chat, a compartir sus trabajos y sobre todo, logre con la gran mayoría una conexión docente / estudiante, docente/familia que antes no tenía.
Cuando todo parece que todo está perdido, la escritura nuevamente me sirvió para afrontar esta situación por la que todos los docentes estamos pasando y acercarme a mis alumnos/as desde otra perspectiva. Esa fue mi experiencia en el año 2020, deseo con muchas ansias que te ayude tanto como me ayudo a mí, este año.
A todos los colegas les digo: arriba el ánimo, falta muy poco y sobre todo, no pierdan de vista que estamos en una hermosa profesión “ENSEÑAR Y GUIAR A MILES DE PERSONITAS QUE SERÁN DUEÑAS DE SU PROPIO FUTURO»
Mis queridos egresados/as
Queridos alumnos/as quiero contarles lo que me está pasando últimamente y seguramente van a entender muchas de las cosas que hacemos.
Les voy a dar un ejemplo simple y claro.
Imaginémonos que somos dueños de una verdulería. Nos levantamos todos los días temprano para recibir la mercadería, seleccionamos las frutas y verduras, y separamos las que están buenas de las malas. Acomodamos toda la mercadería en sus respectivos lugares, para que al momento de abrir el cliente pueda ver la gran variedad de productos frescos y disponibles el día de hoy.
Se hacen las 09.00 y abrimos nuestra verdulería, el tiempo va pasando, pero nadie se acerca, algunos de los vecinos te saludan desde lejos gritándote, ¡buen día!, en ese momento decís, guau, saben que estoy. Pero aún nadie ha comprado ni una sola fruta. Comenzás a hacerte las siguientes preguntas: ¿Estarán bien? ¿Comprarán en otra verdulería? ¿Qué voy a hacer con tanta mercadería si ningún cliente pasa a comprarla?
De repente ves que se asoma un pequeño grupo, los clientes fieles que hoy solo se retrasaron un poco en llegar. Los atendés con tu buena onda, predisposición y armándoles las bolsas de su pedido acorde a sus necesidades. Se las entregas junto con un mensaje personal a cada uno de ellos. Comenzás a recuperar esa sensación que durante el trascurso del día los clientes irán apareciendo. El tiempo pasa y te das cuenta que ya son las 14.00 y es momento de cerrar.
Comenzás a guardar todo muy despacio teniendo la ilusión de que alguien aparezca sorpresivamente y se lleve la mercadería seleccionada para ellos. Pero nunca llegan.
Te vas camino a casa pensando y repensando que es lo que estás haciendo mal en tu trabajo, será que la manzana está muy madura, los morrones estarán muy caros y optan por otras opciones más económicas. Muy en el fondo sabés que toda esa fruta y verdura que preparaste ya no servirá para los próximos días. Toda esa situación te pone muy mal, no solo por el esfuerzo que has hecho para poder poner en disposición de los clientes esa mercadería si no también por que sabés que se tiene que desechar. Y eso es lo que más duele, tener que tirar el alimento que sabés que nutre y es de mucha ayuda para sus vidas.
Es muy difícil poder hacer nuestro trabajo si no vemos respuestas de ustedes. Me siento como ese verdulero. Espero con mucha ansiedad saber de ustedes, cómo están, cómo se sienten. Yo también tengo mis días grises y soleados y encontré en la escritura ese desahogo que hoy en día me permite seguir con este pequeño grupo de clientes, muy fieles.
Me hubiera gustado que las cosas fuesen diferentes, pero las circunstancias se dieron de este modo. Soy maestra y amo trabajar en el aula con ustedes, mis alumnos/as, en dónde no había intermediarios. Pero hoy nos toca enseñar y aprender con intermediarios: un dispositivo electrónico, que a veces está facilitado por un adulto y a veces no.
Extraño muchísimo ese contacto directo con cada uno de ustedes, que van desde un festejo de cumpleaños hasta un abrazo muy fuerte cuando noto que alguno de ustedes no está bien. Soy de la idea que un gesto vale más que mil palabras, pero en este contexto no lo podría poner en práctica. Comencé a transformar esos gestos en acciones que sean visibles, que va más allá de preparar una clase, escribirla y mandar una foto.
Se trata de poder acompañarlos en este camino hermoso, cerrar una primera etapa de sus vidas y darles las herramientas necesarias para que tengan un muy buen inicio en la próxima, que será aún mayor sin duda, pero podrán afrontarla y podrán sortear cada desafío y obstáculos que se les presenten.
Me cuesta aceptar la idea que egresarán en tan solo unos meses y con solo pensar que muchos de ustedes aún les faltan herramientas para su próxima etapa me entristece, porque siento que fallé como maestra.
Este año tuvimos que cambiar la metodología de trabajo: ya no esperar que el cliente venga al local a buscar el producto, sino que el vendedor tenga que ir a cada hogar llevando semillas para que cada uno las siembre y juntos desde la distancia ir dándole todo lo que necesita para su crecimiento.
Si golpeo tu puerta y recibís estas semillas, contéstame con un simple buen día seño, ¿Cómo estas hoy?, si golpeo a tu puerta, conversemos de lo que te pasa, somos seres humanos y toda esta situación es nueva para todos. No están solos, no fue un año perdido, seguimos aprendiendo, sólo que es de un modo diferente.
Tu seño Xoana Fernández
Podes compartir, editar y utilizar con total libertad esta carta con tus estudiantes, estaré más que orgullosa y agradecida.
Es mi experiencia y quería compartirla con todos ustedes. Deseo que puedan revertir la situación con sus estudiantes.
Si aún no sabes que escribir en los informes para tus estudiantes. Te comparto algunas de las frases que utilizo. Para acceder hacer click aquí
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Recorda que no aprendemos solos, lo hacemos con el otro.